El principio del principio
Los viajes de cierta entidad deben prepararse minuciosamente y con mucho tiempo de antelación, a pesar de eso, siempre surgen aspectos inesperados que generalmente se pueden solventar sobre la marcha, sobre todo si dependen de uno mismo...
Este proyecto tiene fecha de inicio y un objetivo, eso es lo fácil. También tiene un medio de transporte y muchos elementos necesarios, la cosa se complica. Desde luego una serie de trámites, dejémoslo en "delicados" y, lo más importante, la colaboración imprescindible de la familia, amigos y de especialistas en preparaciones mecánicas de todo tipo.
Parece sencillo. Tomar un Vespino cualquiera y salir de viaje, a priori parece sencillo y lo és. Únicamente hay en mi opinión dos maneras de viajar más elementales: a pie o en bicicleta. Seguramente habrá alguna más, pero dudo que sean más simples, además de gratificantes, económicas y al alcance de la mayoría de personas, pero nuestra elección ha sido hacerlo en un vehículo cotidiano o que en algún momento lo fuera, relativamente cómodo, que no nos solicite mucho esfuerzo físico, de mecánica sencilla y al mismo tiempo robusta y, desde luego, que nos permita sentirnos identificados plenamente con él, aunque sólo sea porque como nosotros también naciera en España.
No vamos a explayarnos en hablar de los más de 30 modelos de Vespino que existen, ni volver a dar las gracias a Don Vicente Carranza por ingeniar un "icono móvil" que a través de la fábrica española Moto Vespa marcó una época para millones de españoles. Cualquier Vespino serviría para nuestros propósitos, pero esas pequeñas mejoras que en los sucesivos modelos se llevaron a cabo entre 1968 y el año 2000 hacen que nos decidamos por un par de modelos concretos. Su concepción, preparación y cuando llegue el momento el seguimiento del viaje, será el objetivo de estas páginas.
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